“¿Puedes confiar demasiado en tu pareja?”

¿Mi pareja se está comportando de forma extraña? ¿Qué piensa y hace mi pareja a mis espaldas? Si alguna vez has luchado con pensamientos persistentes como estos y no estás seguro de si puedes confiar en tu pareja, no eres el único. Pero, ¿cuál es el mejor modo de lidiar con eso?

Pisa el freno

Si alguna vez has tenido la sensación de que algo no va bien, de que tu pareja está haciendo algo en secreto o está tramando algo de lo que no estás al tanto, entonces ya sabrás lo molesto que puede llegar a ser. Tal vez estés tratando de guardártelo para ti mismo o reprimirlo, o quizá hayas interrogado a tu pareja al respecto.

El primer paso es detener esos pensamientos furiosos. Puedes seguir preocupándote y dándole vueltas sin parar, o acusar ciegamente a tu pareja, pero eso no mejorará la situación (ni tampoco el ambiente). Primero intenta calmarte y reconocer que esta es la situación.

Analiza las cosas

Para formarte una opinión lo más objetiva posible, es bueno reflexionar. Pregúntate qué puntuación obtendría tu pareja en las siguientes áreas:

• Se comunica de forma abierta y sincera
• Respeta tu espacio, tus deseos y tus límites
• Es comprensivo y servicial
• Cumple los compromisos/actúa de manera predecible

Si alguien siempre tiene una actitud cerrada y no es capaz de hablar de las cosas, resulta difícil generar confianza. Además, se crea una cierta tensión, porque los sentimientos y los pensamientos se reprimen o no se expresan mutuamente. Igual de crucial para tener una sensación de seguridad es que se respeten tus deseos y límites, ya se trate de algo tan sencillo como tener tiempo para uno mismo o de cómo os tratáis entre las sábanas.

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Ponte tú también frente al espejo. ¿Cómo te puntúas en estas áreas?

• Ser racional
• Respetar el espacio, los deseos y los límites de tu pareja
• Ser comprensivo y servicial
• Estar seguro de ti mismo/ser independiente

Alguien que actúa emocionalmente estará más inclinado a creer algo en contra de los hechos. Esto puede hacer que parezca que una pareja está haciendo algo mal, cuando en realidad puede que tenga que ver con algo que sucedió en el pasado con otra pareja. Si eres muy dependiente de tu pareja, es probable que también seas extraprotector con tu relación, y es posible que pienses que estás viendo señales que en realidad no existen.

¿Cuál es el resultado?

Si notas que tu pareja no suele estar a la altura o no cumple su palabra, entonces es lógico que empiecen a sonar las alarmas. Sí, existe tal cosa como confiar demasiado en alguien.

Por otro lado, nadie es perfecto y tu juicio nunca será 100% exacto. Si tu pareja obtiene una puntuación alta en estas áreas y no tienes una razón específica para sospechar de ella, no es razonable sacar conclusiones negativas.

Es posible que seas propenso a este sentimiento de inseguridad. No hay nada que puedas hacer al respecto. Tu educación y tus experiencias de vida conforman tu estilo de apego. Las experiencias negativas a menudo no se olvidan y, por lo tanto, pueden tener un mayor impacto.

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El siguiente paso

Todos tenemos momentos de inseguridad. Pero si tienes buenos motivos para sospechar de tu pareja, aunque se trate de una “pequeña” mentira, trata de abordarlo con calma. A menudo, es mejor dejar que algo repose antes de actuar en consecuencia que reaccionar impulsivamente. Ten en cuenta que siempre hay algo subyacente detrás de la forma en que las personas se comportan, y que ni mucho menos siempre es premeditado o mal intencionado. Depende de la situación.

“Puede ser una experiencia muy positiva para ayudaros mutuamente”.

¿Notas que sueles tener un sentimiento de desconfianza o “inseguridad” sin tener una razón específica para ello? Como ya hemos mencionado, hay muchas personas que sufren de inseguridad o miedo al abandono, por ejemplo, debido a una mala imagen de sí mismas. Es posible que necesites más atención o confirmación de que todo va bien y que eres amado que la media. O tal vez te apresuras a sacar conclusiones equivocadas sobre tu pareja, con las que la atacas. Eso puede tener consecuencias negativas para vuestra relación.

En ambos casos, es recomendable hablar con un terapeuta o psicólogo. Esta es la mejor manera de averiguar exactamente de dónde provienen tus (o vuestros) desafíos y cuál es el mejor modo de abordarlos. Si la idea de involucrar a tu pareja al respecto te asusta, es comprensible. Pero el problema no siempre tiene una sola cara, y también podría ser una experiencia muy positiva para ayudaros mutuamente durante el proceso.

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¿Qué te hace sentir así? ¿Y qué pasos vas a dar? ¡Nos encantaría escucharlo!